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martes, 1 de septiembre de 2009

Corre, Juan, corre

Era un fin de semana como cualquier otro para la familia Choy como era costumbre nos visitaban el enamorado (de aquel entonces) de mi hermana y su hermano Jefrey.
Jefrey era un niño de 10 años que sufría de obecidad, parecía una versión enana de Barry White pero sin la barba. Nuestras familias lamentablemente se unieron debido a que el gordito este me sacó la mierda en un campeonato de Karate (hay una foto del momento en que me golpean colgada en mi facebook) y ahí mi hermana conoció a su hermano que también practicaba dicha disciplina.
Bueno no me quiero abrir de la historia pero tenía que explicar un poco a los personajes de esta.

Como decía era un fin de semana cualquiera en nuestra humilde casita de Breña y nos habían visitado los ya nombrados líneas arriba. Jefrey y yo estábamos tan aburridos que nos fuimos a jugar maxplay mientras dejábamos a los tortolitos escuchar su Use your illusion 2 de Guns n' Roses pero a los 10 minutos de jugar Mario Bros y cansados del mismo juego de mierda decidí llevarlo a Jefrey al pinball que había cerca a la casa.
Por aquel barrio en Breña si algo abundaba eran Pinballs (arcades para los fichos) y cada uno de ellos mas feo que el otro pero yo eramos unos niños adictso a los videojuegos y nada iba a detenernos así que fuimos con nuestros únicos 20 céntimos para jugar una "fichita" en el pinball.

Una vez llegados al pinball el calor de mierda que hacía en aquella época hacía que las paredes estuvieran húmedas, el asfixiante olor a ala de aquellos jóvenes de colegio estatal (que aún siendo verano vestían el uniforme plomo rata y chompa) mezclado con los olores emanados del mercado hacían de aquel resinto un lugar netamente para machos y como tales debíamos portarnos así que me dirigí hacia el tío que vendía las fichas y demostrando lo macho que soy me surré en el letrero de "prohibido el ingreso de menores de edad" y compré mi ficha, claro que el encargado era tan macho que también se surró en aquel letrero y cerró el trato con aquel muchachito de 9 años de cabeza de uva y ojos enormes.

Procedí a pararme al lado de la máquina y a esperar como un cojudo a que se desocupé, habrá pasado algo de 30 minutos hasta que el maldito que estaba ahí peridió y dejó la máquina libre para que pudiera hacer mi entrada triunfal al mundo de los videojuegos. El juego era el de las tortugas ninja aquel que empezaba en un edificio en llamas, creo que vendría a ser el Teenage mutant ninja turtles 2 de Konami pero eso no va al caso. Metí mi ficha por la cual había estado jodiendo a mi viejo para que me diera los putos 20 céntimos y empezó el juego...

Creo que no avancé ni diez pasos y perdí la 1era vida y diez segundos después perdí la última por lo que me quedé como estúpido contemplando la pantalla de continue hasta que los números llegaran a cero. Luego de haber perdido mi ficha de manera tan cojuda Jefrey y yo nos quedamos como cojudos mirando como iba jugando el resto de personas y alucinando que nosotros éramos los que avanzaban las misiones cuando de pronto hizo su aparición el infaltable loco de barrio aquel que lleva un buzo negro ya sea por la suciedad o porque es realmente negro y siempre con un palo (no puedes ser loco si no tienes un palo)
El loco se quedó ahí mirando como jugaban todos y de pronto posó su mirada en nosotros específicamente en Jefrey, creo que le llamó la atención ver un niño tan gordito y quizás... (me meteré en la mente del loco ok?) quizás lo vió como un plato de comido o un pollo gigante, me imagino que si vives en la calle debes tener hambre y al ver a aquel moreno gordito habrá pensado que se podía comer... El loco se dirigió hacia nosotros y obviamente que estábamos petrificados en eso ví que el loco lo miraba a Jefrey y se le iba acercando, en ese momento me sentí aliviado porque sabía que no corría peligro alguno pero luego me acordé del pobre Jefrey quien asustado solo podo optar por cerrar sus ojos mientras el loco le mordía el brazo, por la manera tan aguda en que Jefrey gritó pareciera que el loco le había mordido en "otro lado", luego el loco se quedó ahí parado saseado por el bocado con su vista enfocada en la nada y Jefrey partió del Pinball corriendo y llorando pero ahí no acaba la historia...

Llegamos a mi casa y le contamos lo sucedido a mi viejo así que regresamos al Pinball con mi viejo y el hermano de Jefrey. Para nuestra sorpresa todos estaban como si nada y cuando mi viejo le recriminó porque permitía que esas cosas pasaran en su local este solo atinó en decirle que estaba prohibido el ingreso de menores de edad y que seguramente nos habíamos colado y entre todo el barullo apareció el loco y Juan Choy en un intento de mostrar su hombría frente a su hijo quizó amenazar al loco con que lo iba a denunciar e iba a traer a la policía. En ese momento el loco se dejó de cojudeces y reaccionó, chapó una piedra del grandaza y comenzó a correr tras mi viejo, mi viejo comenzó a picarla de tal manera que Usain Bold hubiese quedado 3 segundos atrás de él, estaba poseído el hijo de puta, me cagaba de risa y no podía aguantarme mientras veía como mi padre se iba alejando a lo largo de la Av. Venezuela con un loco con piedra en mano corretiendalo. No supimos que hacer mas que volver a la casa sin mi Papá y contarle lo sucedido a mi madre quien dijo "vayan a la comisaría a denunciarlo" y le respondí: "y ¿qué vamos a decir? busquen a un hombre de chino pelucón trotando junto a un orate y su piedra" mientras seguía riendo.

Pasó cerca de 1 hora e hizo su aparición triunfal Juan Choy todo rojo y bañado en sudor. Nos contó que el loco lo correteó mas o menos hasta la Av. Alfonso Ugarte, creo que habrán sido unas 12 o 13 cuadritas en las que mi padre se vió forzado a hacer deporte y luego de eso el loco se cansó y mi padre aprovechó para meterse por unas callecitas y perderlo mientras que por mi lado seguía cagandome de la risa mientras una vez más liberaba a la Princesa de las garras de Koopa.

Al final lo llevaron a Jefrey a un policlínico para ver si tenían que ponerle alguna vacuna, yo me quedé castigado sin poder ir al pinball por un buen tiempo pero ¿saben que? no me importó porque al menos vi una escena digna de los Simpsons protagonizada por mi padre y porque vi a Jefrey llorar como un marica después que se la daba de tipo rudo por haberme pegado en aquel torneo de karate...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

jajaja que tal imaginacion seguro que el loco si penso eso sobre el pobre jeffrey..jajaja q buena.

stonedick dijo...

Cacho de lejos tu mejor post...me he cagado de risa!!!! y que la suerte chondy nos acompane jajajaja